Siempre me han gustado las cosas viejas. Si, viejas, no sólo las cosas antiguas ni "vintage", sino viejas. Las construccíones derruídas, abandonadas, decadentes...las hojas amarilleadas por el paso del tiempo, los libros con capas y capas de polvo y hojas acartonadas, los muebles con decenas de años apolillados e incluso el olor de las bolitas de alcanfor...Me encanta una tienda que hay en calle Feria que está llena de viejos juguetes y cromos amarillentos que parecen de hace un siglo. Me gusta la sensación que me producen mezcla de curiosidad de saber a quién pertenecieron, de añoranza y de cierta tristeza. Siempre que paso por alguna casa antigua la miro imaginando cómo será por dentro, quién ha vivido y vivirá ahora y cómo me gustaría entrar y perderme por sus pasillos y habitaciones...(como la casa de los gatos, Félix tu sabes cual...).
Igual que esta casa situada en la C/ Santander, y que desde pequeña me quedaba embobada mirándola ...A los hombres en cambio los prefiero jóvenes...qué le vamos a hacer...;-p
Recuerdo cómo en el viaje con Félix a Aragón, vimos de paso y desde el bus algún que otro pueblo abandonado y lo que me hubiera gustado pararme y perderme en ellos...recuerdo también cuando de niña estuve en Sancti Petri, y me imaginaba entrando en el pueblo atunero abandonado que había cerca de la playa. Yo no pude entrar porque estaba vallado (o eso me dijeron mis tíos para convencerme), pero el otro día, Félix y su madre me contaron que ellos si que habían entrado...(os odio...).
Poblado abandonado de Sancti Petri
Poblado abandonado de Sancti Petri
En la red hay cientos de páginas gente aficionada a la exploración de lugares abandonados. Dos de mis favoritas son de las española Abandonalia y de las extranjeras Forbidden Place .
Exterior del Greystone Psychiatric Hospital en New Jersey
Interior del Greystone Psychiatric Hospital en New Jersey